Un piano fosilizado...

En medio de la blanca sala.
Un piano fosilizado
y cubierto de flores negras.
Frente a sus teclas las manos de un pianista
asesinado por la luna.
Pasan las horas y los años
como piezas de un engranaje triste.
Pasan las horas y las décadas
como eslabones de una cadena
de alquitrán y cristal fundido.
Pasan. y caen los días y los silencios.
Como lágrimas de plomo sobre la palma de la mano.
Y la noche es una cápsula del tiempo
En donde quedo encerrada una sonrisa sin sú dueño.
y una vieja cámara fotográfica.
Cuyo objetivo oculta  un párpado triste
devorado por las polillas del silencio.
Y un  lirio recién arrancado por las pinzas del alacrán.
y por los dientes de la hormiga.
Entre cuatro paredes de carcajadas pasadas
Hay una habitación
en donde se mueren las alegrías.
Y esparcidos por aquella habitación
de tristeza blanca
Hay restos de marfil fundido entre las baldosas.
Restos de versos mutilados
por el filo cortante de las lágrimas.
Y restos de dibujos que son fantasma de mirada hueca.
Que recuerdan la muerte prematura del muchacho
Conocido por su alegre mirada.
Pero que ocultaba un triste cielo.
Desde una vieja ventana se observa
el cadáver de la luna.
Y el corazón triste del ultimo astro.
Latiendo entre los ladrillos.
Como una campanada de oscuro llanto.
Pentagramas muertos colgando de los árboles.
Y puntas de viejos lapiceros de colores
pintando un paisaje gris sobre la calle del pinar.
Y dentro de la solitaria residencia
Aquel piano fosilizado y cubierto de flores negras.
Es tocado por el fantasma de un poeta.
Que compone una melodía,
que es un eco verde
resonando entre los muros de la residencia de estudiantes.