martes, 27 de junio de 2017

Atravesando el umbral de mi sombra triste.

Atravesando el umbral de mi sombra triste.
Descubrí el corazón caliente del poema.
Ese corazón que supura
lunas negras y jacintos oscuros
en un cielo repleto de pieles de niños .
Y hallé un paraje de pupilas melancólicas
donde la lagrima permanecía dormida
junto la negra tecla del órgano.
Mi corazon es...
Un suspiro seco.
Y un sollozo ahogado en un te quiero
que se muere entre mis manos.
En medio de la realidad y el deseo
Solo queda un cruce de caminos
hacia nuestro espíritu indómito.
Un lago donde se hunde la metáfora y la sangre.
En un abrazo que es raíz y sombra
de su propia vida.
Mi llanto.
enredadera de piedra creciendo en la garganta.
Lírica cortante de mis sueños.
Voz perdida entre los muros
donde quedo atrapado el eco de mis versos.
Al otro lado de mi perfil oscuro.
Se halla el corazon caliente del poema.
Que es mi propio corazon arrancado del pecho
y tendido en lecho de mis lagrimas.
Rosa maniatada por su propia espina.
Que intento romper el útero de la noche.
Para intentar nacer siendo suspiro solido
de unos labios sin dueño,ni rostro.
Suspiro de amor. Eso solo.
Y acabar muriendo
siendo misma rosa maniatada.
Que se consume pétalo a pétalo
en el páramo donde rondan bandadas
los buitres de mi silencio.

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