sábado, 3 de diciembre de 2016

Poema del amor profundo:

Hondo.
Hondo.
Hondo.

Mi angustia es un pozo hondo.
Un pozo donde se hunde mis latidos
unidos a sus cadenas.
Pozo donde mis lagrimas son gritos.
Gritos de angustia negra.


Negro.
Negro.
Negro.

Mi corazón es un palomo negro.
Un palomo sin alas.
Un palomo cuyo esqueleto de ceniza
se consume en mi alma.
Un palomo que se vuelve esqueleto



Marchito.
Marchito.
Marchito.

En mi sangre un lirio marchito.
Un lirio desnudo de amores.
Lirios con pétalos de cristal.
Y con las raíces arañando mis venas.
Un lirio que se volvió corazon ennegrecido.
Lirio que se deshoja pétalo a pétalo.
sobre mi sentir herido.


Muerte.
Muerte.
Muerte.

En mi pecho la muerte.
Muerte de mi juventud.
De mi alegría muerte.
Muerte de mis días y de mis noche.
Muerte de soñarte y no tenerte.


Hondo,negro.
Marchito,muerte.

Mi corazón es un ruiseñor herido.
Que se consume dentro de mi sangre.
Un niño muerto en el vientre de su madre.
Una noche sin luna cuyo latido oculta la pena mas oscura.
Y un amor que se consume
siendo plañidera viviente de su propia sepultura.
En mi ser un cupido sin alas se desangra sobre el vació,
Y solo queda el recuerdo muerto de cuanto llegue a quererte.
De cuanto me dolió el alma.
Alma convertida en una rosa de cristal  que se rompió dentro del pecho.
Y yo metiendo mis dedos en la yaga....
voy sacándome los pétalos del te quiero y no te quiero.
Hasta dejar mi sangre en barbecho.
Y a los buitres de las nostalgia sobrevolando
aquel ruiseñor muerto.

Porque no hubo amor mas oscuro.
Y ni mas profundo que el mio.
Amor maldito y profundo.
Amor negro. Amor marchito.
Amor hondo. Y de honda muerte.
Muerte de vivirte y muerte de perderte.

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