Me resbala grano a grano
Una madeja de arena por los labios.
De mi pecho, florece la rosa de los vientos.
Y cuerdas de afilados guitarrones
Cortan las nubes como si fueran corazones tiernos.
En el interior de una iglesia.
La talla de un cristo de madera, Sé desangra en lirios y azucenas.
Y su madre, a la que llaman la Guadalupe.
Limpia cada una de sus heridas
Con un mechón de sus largas trenzas.
Caballitos verdes sobre el prado.
Caballitos verdes recostados.
En lo alto de la loma caballitos verdes,
Comen pieles de luceros descolgados.
Y mientras galopan, van dejando con sus pezuñas verdes
Restos de cicatrices verdes, sobre el monte pelado.
La luna como una cigarra
Extiende sobre los cielos su plateado canto.
Y una procesión de estrellas sigue,
La estela del latido azul sobre el agua.
Desde una torre de barro,resuena un eco de campanas.
Y coro de risas de niño retumban,
Entre los muros cobrizos de Guadalajara.
Y me resbala una madeja de arena por los labios.
De mi pecho florece la rosa de los vientos.
Y un águila posada sobre sus pétalos
Me recuerda, qué la luna es una gota de tequila.
Y la noche la copa que la sustenta.
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