En mi pecho.
Tengo abierta una herida.
Y en los mas hondo de esa herida,
Tengo creciendo un ramo de flores negras.
Flores que tienen los pétalos,del te quiero y no te quiero,
Abiertos como palmas de manos extendidas.
Esperando a que venga. Quien tenga que venir.
Ya sea el fantasma del amor. O el espectro de la muerte.
Y que arranque uno a uno,
los pétalos de las negras flores
Que clavaron en mi corazon sus raíces como garras de ceniza.
Dejando tan solo, mi pecho desnudo.
Y mi alma en carne viva.
Flores negras germinando en una herida... Al menos flores, aúnque clamando la pluralidad cromática con su postura ennegrecida; flores de magnética resonancia, y carente de Sol, aunque por su luz absorbida. Es de esperar que las cenizas puedan cicatrizar esa profunda herida.
ResponderEliminar